Era un día de lluvia y con mucho viento, sin embargo Federico va caminando a la pizzería como todas las mañanas. Ese día llevó su paraguas rojo. Una vez en el trabajo con muuuucho esfuerzo armó una verdadera torre de pizzas y dejó que la maza fuera tomando forma, en el local ya había un rico olor a comida. Luego atendió a la gente del barrio que fue a comprar unas ricas porciones de muzzarella y a charlar de fútbol por un rato (por supuesto Fede es de Boca como su padre y sus tíos). Finalmente, una vez que el trabajo terminó y se hizo de noche, el Fede se sentó contento en su sillón y compartió sus experiencias con los suyos.
Hace 8 años
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